Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
Te escribo una carta para que tú sepas
Lo que ya sabías, aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti.
Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes,
Y tampoco entregarían lo que vale mi rescate.
No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni talonarios,
No hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
Ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
Te conocen, pero no llegan a ti.
Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Y presa como está mi alma, con la calma suficiente,
Ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
Sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate.
Devuélveme el amor que me arrebataste,
O entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
Pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
Ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
Te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
Te conocen, pero no llegan a ti.
[.Enrique Bunbury.]
En mitad de un caos mental me aventuro de nuevo a escribir con la esperanza de desahogarme para poder ver todo más claro y salir un poco de este caos que me inunda a ratos me hace dudar de mis sentimientos pues (como cualquier otro adolescente) no sé que hacer, dudo de todo lo que hago, y ya no sé donde actúo porque realmente lo siento así o solo intento crearme mentiras para sentirme mejor conmigo misma. Sea lo que sea, no sé que hacer.
No sé ni como decirlo, simplemente siento estar perdida nadando entre mil dudas. Me gustaría poder ser egoísta y responder todas esas dudas con mis propias respuestas sin pensar en nadie más, pero me e imposible, tengo tantísimo miedo a hacer daño a quien me importa que no puedo ser egoísta y menos cuando sé que si soy egoísta la jugada puede salirme muy mal y acabar todo peor y eso me hace sentir totalmente impotente. No sé que jugada debería hacer ahora.
Sé que se me da muy mal explicarme cuando escribo en primera persona pero simplemente no estoy como para escribir cuentos sobre "otros" utilizando grandes y bonitas metáforas, simplemente busco una forma de desahogarme, de buscarle sentido a todo. Estoy demasiado confusa respecto a mis sentimientos y el miedo no ayuda a nada bueno, ¿miedo a qué? a ser abandonada o, lo que es peor, a sentirme abandonada y despreciada una vez más por los juegos absurdos de un chaval que no sabe lo que realmente está haciendo y yo... yo me dejo llevar por el momento y lo que en él siento dejándome totalmente vulnerable ante todo tipo de juegos tontos, dejando que a la más mínima el juego de un giro inesperado y todo acabe.
Antes estaba siempre dispuesta a jugar y, como de costumbre, guardarme un as en la manga que crease una barrera para cuando todo saliese mal tener una vía de escape, pero ahora... ahora ando entrando en un juego peligroso y sin ningún as a mi disposición y no puedo alcanzar a ver ninguna jugada de mi oponente, no sé si debería seguir jugando o retirare y quedarme e lo seguro antes de que pueda hacer alguna tontería y destrozar todo lo que tengo.
~¿The Cheshire Cat?~
1 setas:
¬¬
Y me entero así. Por las buenas, por un blog...
En fin, no tengo derecho a recriminarte nada. Solo decir que hay veces en las que ser agoísta nos ayuda a ver las cosas desde otra parspectiva. No siempre podemos estar a verlas venir y cuando viene que nos pegen de hostias. Hay momentos en los que se necesita a uno con uno mismo, sin nada más.
Deja de reyarte. No sé si esto va por uno o por otros, pero no me importa, lo importante es que con estos juegos qu te traes te estas haciendo daño.
Quizás sea el momento de dejarse de juego y madurar. Dices que eres un adolescente pero creo que eso es solo una excusa. Cuando vamos creciendo vamos tomando decisiones, y creo que deberías hacerte a la idea de que hay veces que hay que escoger: tu sufrimiento o el de los demás. Tienes que aprender a ser un poco más egoísta o te van a hacer polvo.
En fin, otra vez, hablo por hablar porque no tengo vela en este entierro.
Me voy a la playa, si eso ya hablamos otro día.
Ángel
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